CARTA DE DESPEDIDA
Cuando estaba en la escuela tenía ese grupo de amigos que todos
solemos tener. Algunos eran similares, pero otros muy diferentes a mí y
esa era lo increíble. Compartimos momentos divertidos, inspiradores y
otros que ponían a prueba nuestra amistad, pero de los que siempre supimos salir.
Ahora, que ya he crecido y miro hacia atrás, puedo darme cuenta de los
grandes amigos que tuve y que ahora no veo tan seguido, pues el ritmo de
la vida ha provocado que tomemos nuestros propios caminos y ya no compartamos la rutina diaria como antes.
Y por eso estoy aquí. Sé que ya no puedo conversar tanto como antes,
ni tampoco estar con ellos físicamente, pero de lo que sí estoy segura
es que sé que la amistad que creamos siempre se mantendrá intacta y jamás separará a esos amigos que se conocieron siendo auténticos y que compartieron tanto.
Ya somos mayores y tenemos diferentes intereses. Sin embargo, siempre
compartiremos las ganas de mantener una amistad que se hace más grande
mientras pasan los años.
Quiero que sepan que siempre estaré ahí para apoyarlos, para darles
una mano cuando lo necesiten y para celebrar sus triunfos y ayudarlos en
sus derrotas. Quiero que me perdonen si la rutina nos aleja o si
dejamos de comunicarnos. Quiero que entiendan que, por mucho que nuestros caminos se separen, siempre nos encontraremos al final
o en cada parada, pues de eso se trata la amistad. Puede que no nos
veamos en días, semanas, meses o incluso años. Sin embargo, la alegría
de verlos y las ansias de compartir con ustedes siempre permanecerán intactas.
Gracias por ser parte de los mejores tiempos en la escuela. Gracias
por entregarme su amistad y por hacerme parte de sus vidas, tal como
ustedes ya son parte de mi vida. Gracias por esa lealtad infinita que
hoy les hace querer saber de mí y estar ahí para cuando lo necesito. Gracias por tantos momentos divertidos. Gracias por no juzgarme y por compartir y entender mi personalidad y estilo de vida, pues así es como los amigos lo hacen.
Gracias por todas esas risas, por todas esas bromas, por esas
conversaciones absurdas y también por esas profundas e inspiradoras.
Jamás los olvidaré. Jamás dejaré de lado su amistad, pues ya forman
parte de mi vida y me siento orgulloso por el camino que cada uno de ustedes ha tomado y espero que, en lo que venga, todo sea bueno para ustedes.
Nos estaremos viendo.